Festimad Sur, dancing in the desert

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De entre las nubes de polvo dignas de un frondoso bosque como el del Parque de la Cantueña conseguimos salir el domingo para tratar de relataros lo poco que hemos visto en este Festimad.

Sin acreditación de prensa y machacados por el sol fueron pocos los conciertos a los que se nos hizo humanamente posible asistir. Aún así vivimos algunos de los más intensos, así como pudimos ser observadores de los diversos problemas de organización que acontecieron, y desembocaron en los disturbios que se desencadenaron el último día.



VIERNES


El primer concierto al que pudimos asistir fue el de Slayer. Muy correctos dentro de lo que se podía esperar de ellos. Fuerza sónica y casi todos sus temas más conocidos; aunque un poco parados en escena, habitual. Contentaron con creces a sus seguidores que ya habían tenido una fuerte descarga por parte de Mastodon.

Marilyn Manson se hicieron esperar durante un tiempo largo, ganándose alguno de los primeros improperios del festival. Abrió el propio Manson, magnificado por el alto volumen de su voz, muy superior al del resto de la banda, entonado la apertura del que fuera aquel primer disco Portrait of an American Family.

Prometían un repertorio más amplio, pero no hubo gran diferencia respecto al concierto de hace dos años en el mismo festival. Con un espectáculo mucho menos pretencioso, nos quedó la sensación de que la nueva banda que le acompaña no acababa de casar con un Manson un tanto apático. Algunas canciones carecían de la fuerza de otras actuaciones.

Se rumoreaba que Manson hubo de ser hospitalizado después del concierto por una pedrada, pero lo cierto es que el concierto transcurrió normalmente y sin incidentes.

De lo que pudimos pulsar por ahí, Nightwish encantaron a sus fans (lo que suele ocurrir con casi todos los grupos), Rip KC tocaron desnudos (y nos los volvimos a perder), Skizoo bastante cutres, The Hives muy potentes, y lo mejor Dillinger Scape Plan.

Lo más insoportable del viernes fue, sin duda, tener que soportar el techno hasta las 8 de la mañana.



SÁBADO


Y para cuando habías conseguido dormir empezó el calor agobiante en las tiendas de la zona semi-desértica de acampada. Fue levantarse y tumbarse a la poca sombra que conseguimos robar con telas y demás durante 9 horas.

De lejos oíamos a Hamlet, coreado en sus canciones de siempre, y menos con las nuevas. Queramos o no (a mí el disco me gusta) no tienen la fuerza que antaño y no son canciones tan aptas para directo.

Pudimos llegar a la carpa para ver el final de la actuación de Hedtrip. No fue mala la impresión, pero lo pillamos tarde para poder conectar con lo que querían hacer llegar. Tras ellos, la que en mi opinión fue la mejor actuación con diferencia del festival, Elecktra.

Fue un todo de fuerza, de conexión con el público, de habilidad para sacar canciones adelante. Con un frontman especialmente entregado, al que salió a acompañar casi al final el vocalista de Skunk DF; la gente supo devolverle el esfuezo y fueron cuarenta minutos de gran fuerza sónica. Aparte de gustos personales, gente que había por allí que no sentían tanta simpatía por este grupo reconocían el buen espectáculo. Sólo quedó un poco rara Irreversible 21 pues la gente no acababa de entender los cambios de ritmo (y es una de mis preferidas), sin embargo compensó con canciones como Lost Highway.

No supimos nada de la cancelación de Fumanchu hasta salir de Festimad, pero si pudimos vivir la larga espera de Incubus. A pesar de la compleja situación, estos salieron finalmente a escena casi cinco horas después de su horario previsto. Cinco temas tocaron nada más antes de abandonar el escenario con un público que no se encontraba mentalmente preparado para la bondad de sus canciones.

Y finalmente llegó System of a Down, y el público se entregó definitivamente. Abriendo con el nuevo disco dieron un buen repaso, coreado por todo el público, de sus trabajos anteriores. Lo peor, las intros a las canciones con los efectos robotizados de la voz X-d.

A pesar del mal sonido, y de la ausencia de pantallas, la entrega del público fue total, y la actitud del grupo, a pesar de todos los traumas pasados, intachable. Para un grupo ideológicamente tan marcado como SOAD algo tuvieron que inspirarle los disturbios para que dijeran "you are the craziest people we've never seen".

Se cumplían diez años de la primera actuación de System, según ellos mismos dijeron, y espero que quedara como un momento especial (en parte por las circunstancias) para la banda.

Casi amaneciendo Prodigy salieron a escena sobre un torbellino musical. Con el mejor sonido de todo el festival, y un cantante entregado calbagaron sobre las llamas de las carpas que ardían en ese momento. Aparte de todas otras consideraciones, lo cierto es que debió ser un espectáculo impactante tanto para el público como para la banda.




DE DISTURBIOS, DESORGANIZACIÓN Y OTRAS CONSIDERACIONES


Los hechos quizá ya sean conocidos a través de otros medios o por la presencia en el festival, pero aún así los relataré de forma rápida.

Durante el concierto de Fumanchu una lona de la parte superior del escenario se soltó y comenzó a golpear debido al viento. El concierto se paró y se avisó al público del peligro. Tras un período de tiempo largo los organizadores salieron a anunciar que los conciertos proseguirían en el otro escenario. Parecía que la solución sería rápida y el público permaneció cerca de los escenarios. Más de una hora y media después se comunicaba que el problema estaba arreglado. Algunos objetos volaban ya desde hacía rato sobre el escenario, lo cuál hizo aparecer la amenaza por parte de los organizadores de que eso podía poner en peligro las actuaciones, ante el enfado del "respetable".

Los veinte minutos pasaron y los grupos no aparecían. Tras gritos de Quiero mi dinero, la frustración del público se desencadenó contra todo objeto de promoción que estuviera en pie. Se lanzó un coche desde su peana, se rompieron todos los stands de Heineken, las barras fueron asaltadas, el paraíso Movistar quedó destrozado, la entrada quedó libre de todo control ante la desbandada de los organizadores; y todo culminó con la sesión iniciática del fuego durante el concierto de Prodigy lo que motivó la actuación de los bomberos.

Lo que hay que entender de los disturbios es que fueron la respuesta lógica (podemos discutir si justa o no) a la frustración acumulada por los graves problemas de organización.

Las instalaciones no estaban preparadas para tal afluencia de público. Los prometidos frondosos bosques y verdes praderas eran explanadas desérticas. Las sombras brillaban por su ausencia, los baños estaban atestados y vimos algunas de las escenas dantescas que los hacían especialmente impracticables para las mujeres. Las colas para las pocas duchas instaladas rondaban las cinco horas, siendo más de dos para coger agua de las fuentes.

El exceso de normas, por ejemplo estaba limitada la entrada de comida a 2 kilos por persona, provocó largas colas en los múltiples controles de entrada a la zona de acampada y los conciertos, y un injusto trato por parte de los guardias jurados. A gente se le retiraron botellas de plástico, mientras que otros pudieron colar de todo porque a veces registraban y otras permitían pasar en grupo.

Y por la tarde/noche llegó el polvo. Los pasos de la gente y el viento crearon corrientes que hacían irrespirable el ambiente. Algunos contaban con mascarillas pero la Cruz Roja no tenía ninguna. ¿El terreno se podría haber tratado de acondicionar de alguna forma? Creemos que sí.

La gente arrastraba más de diez horas bajo un sol abrasador en el que bautizado por algunos como Festicolas, y tras pasar mil y una penurias, entre ellas el ahogo por el polvo, llegó el miedo a que finalmente los conciertos no se celebraran.


Si analizamos la respuesta de los asistentes, es interesante ver que la ira se concentró significativamente sobre los organizadores y marcas promocionales del mismo. Al lado de donde se derruía una carpa de Heineken, la gente estaba comprando patatas fritas en un puesto particular.

A pesar de que se hable de 50 o 60 energúmenos, lo cierto es que la participación en los disturbios fue más grande, y que mucha gente que no participó en los mismos sí que los vieron como entendibles y aceptables.

La organización, quizá centrada en la explotación comercial del evento, se tuvo que enfrentar a la respuesta airada de unos "consumidores" que se consideraron engañados.

Como observador alejado de los incidentes diré que entraron dentro de la lógica de la desorganización del festival, de la frustración creada, y que se podrían haber solventado, quizá, con una mejor comunicación por parte de los organizadores, que, sin duda, se vieron sobrepasados por las circunstancias.

Sin embargo, no me quedaré sin hacer un par de apuntes de reprimenda a los espectadores. Por un lado, los organizadores son una Asociación sin ánimo de lucro que no pretende enriquecerse con estos eventos, sino hacer viable un evento como éste. Si alguien pensaba sacar réditos de este evento eran los patrocinadores con su publicidad masiva (y pagaron por ello con creces).

Por otro, hubo comportamientos altamente egoístas como los de imposibilitar los baños públicos, o dejar la Cantueña llena de mierda. Había pocos cubos de basura, pero se repartieron bolsas; y, si no, siempre se podría haber recogido y acumulado convenienmente. Por muy desértico que fuera, no deja de ser un espacio natural que hay que respetar y cuidar. ¿No os entran dudas de porqué no era deseable para los ayuntamientos que se siguiera celebrando en El Soto de Mostoles?.

Heineken ha publicado una nota. Este jueves habrá rueda de prensa de los organizadores y trataremos de informaros en la medida de lo posible.

Como resumen de toda la problemática: desorganización, masificación para las pocas infraestructuras y excesiva explotación comercial. Como un asistente nos los resumió "ya no habrá más Festimad, pero es porque lo hemos decidido nosotros".

Si es así, es una pena, pero muzike recogerá el testigo X-d