Primera flor: Bajo la rosa y a través del sueño de la Mujer

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lavrenti

Black magick, baby...


Bajo la rosa es donde los secretos se confían, y la música de Subrosa podría haber permanecido allí si el sello sueco I Hate Records (que mueve a bandas tan "raras" como Fall of the Idols, Isole o Jex Thoth) no se hubiera decidido a reeditar el (autoeditado) segundo disco, Strega, de este cuarteto de Salt Lake. Dotando de cuerpo (en el bajo de Leena y la batería de Bone) y alma (en el violín de Sarah) las creaciones de Rebecca Vernon tratan de llegar al centro primitivo en el interior de cada uno donde está el poder de superación.

Su música podría ser definida como un intento de rock progresivo algo más pesado con toques punk lo-fi pre-grunge (incluso kraut) que recuerdan a los Melvins, pero también al ácido de los setenta. Leí por ahí que proponían echar en el caldero a Swans, Jarboe y Kyuss. ¿Os ha quedado claro? Pues, concebidlo como música para danzar luminosamente con la magia negra.

Cantos a la Madre, a antiguos mitos mágicos, a ángeles y demonios, sobre una inspirada batería, guitarras sucias, atmósferas de violín y voces filtradas. Equilibrio entre luces y sombras, entre temas inquietos como Sugar Creek y lentos como Crucible. Moverse entre las ciénagas apoyados en los platillos y las densas guitarras, alentados por momentos en tirones que acaban ahondando la sensación de incapacidad para escapar del crisol, de liberarse de las constricciones impuestas (aunque sí se pueda). Extrañas imágenes las que evocan los fondos de Christine.

La carencia de letras ahonda la sensación de secretismo en los mensajes del grupo, aunque de su cuarto tema (uno de los mejores) Strega (y que nos da el título del disco) podamos saber que se refieren al término antiguo para referirse a la brujería tradicional italiana, recuperada como alternativa a la Wicca por los neopaganos, nacida de la unión de los tres clanes Tanarra, Janarra y Fanarra, y enraizada con la religión etrusca y las herejías cristianas medievales.

Habrá aires folk en la solitaria guitarra de Isaac y las voces y coros más limpios. Gran canción con aire melancólico, igualmente extraña; y vuelta al rock en Black Joan, con unas segundas voces desgarradas y urgentes que aportan un nuevo caracter a su música.

    No hay escapatoria
    Oh, Madre! Oh Madre!
    Tú me diste luz!



Es The Hours I Keep que dará paso al gran intermedio vocal Go Down Moses que crea aún más interrogantes con sus ecos, cantos y susurros de fondo; basado en un antiguo cántico de los esclavos... Let my people go.

En Lords of Metal les ponen bastante mal pero a mí me gustan canciones como How to Neglect your Heart con su arranque sonoro desde la quietud, o los arreglos de violín en la parte final de Self-Rule. También el tembloroso medio-tempo de Cradles, lacra instrumental y definitiva del disco.

Pues escuchar cuatro temas, de los mejores (Strega, Crucible, Cradles y Sugar Creek), en su myspace o ver Christine en directo el pasado 11 de abril.

dime lo que es cierto y lo que no lo es





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