Ataraxia, misterios iniciáticos en Samotracia

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lavrenti

El primer ritual es Creación.
El segundo ritual es Dominio.
El tercer ritual es Amor.
El cuarto ritual es Nacimiento.
El quinto ritual es Sacrificio.
El sexto ritual es Ablución.
El séptimo ritual es Recuerdo.
El octavo ritual es Coronación.
El último ritual no tiene nombre.
El último ritual no puede ser nombrado.


Ataraxia es el término griego utilizado por Pirro para la libertad de las preocupaciones y por Epicuro para el placer entendido como bien último y supremo de la existencia; también es desde el año 1993 el grupo italiano que, a través de la música, la poesía, el teatro y la fotografía, va buscando la forma de mantener viva la herencia cultural y artística de las culturas mediterráneas.

Conocimos el grupo hace ya mucho años con aquel concerto nº 6- a baroque plaisanterie y desde entonces lo mantuvimos bajo una mirada divertida y suspicaz, subestimando sus posibilidades. Su último trabajo, Kremasta Nera, editado en Cold Meat Industry, a principios del mes de abril, nos ha hecho descubrir genialidad y belleza ante la que hasta ahora nos habíamos mostrado no indiferentes pero sí absurdamente desinteresados.


Es pues el momento de reconocer los propios errores y desandar el largo camino empedrado de espléndidos trabajos que este grupo ha ido trazando a lo largo de su extensa carrera.
    Nuestro primer lanzamiento fue hecho a partir de la piedra y el mármol. El segundo se inspiró en el agua; entonces afrontamos las "estaciones del hombre", el melodrama, una heterodoxa y excéntrica reinterpretación de la música de los siglos XVII/XVIII. Visitamos yacimientos arqueológicos del sur de Europa buscando el mito del continente hundido de la Atlántida. Afrontamos un viaje purificador a las lejanas tierras orientales para buscar de nuevo las raices de nuestra existencia. Nos encontramos con la mujer y su guía espiritual con el Unicornio, representado en los tapices del museo de Cluny en París. Allí estaban para revelar la belleza del amor espiritual.

    Perdimos horas contemplando las blancas colinas de Normandía azotadas por poderosos vientos y la fuerza del Océano. Descansamos en refrescantes bosques donde nuestro sueño fue capturado por el vuelo de los pájaros volando raso sobre los ilimitados mares floridos. Encontramos alivio en jardines, lugares de armonía, oración y contemplación. Entonces, a través de los versos de Baudelaire, exploramos el París de los "cabarets macabros" y ferias donde cada gesto, lágrima, máscara, y mundo se tornaban en representaciones grotescas y amplificadas de la vida. Finalmente, fascinados por los lugares llenos de energía de Samotracia, cantamos letanías lunares y susurramos mágicos hechizos para ser iniciados en los misterios de la isla y ser aceptados a entrar en el púrpura reino de la Diosa.


Así arribamos a las costas de la isla de Samotracia para adentrarnos en los misterios de la entidad triple de Axieros (la Diosa), en ocasiones nombrados como descendientes de Kadmilos. En otras como Axiokersa, gran madre Luna, y Axiokersos como principio masculino solar, dando lugar a Axieros, unión de ambos en Mercurio. Son los cabiros guardianes, guías, en la inspiración, iluminación y prosperidad, íntimamente relacionados con las energías productivas de la naturaleza.


Se les identifica con los tres supernales cabalísticos, Kether, Chokma y Binah (la Nera Madonna); y como simbolos en rituales como éste de la Golden Dawn.
    Axieros, el primer cabir habló a Kadmilos, el Candidato, y le dijo: "Yo soy el Sol en su más alta elevación, dotando a la Tierra de maduro Corazón, fructificando todas las cosas, urgiendo al crecimiento a la Naturaleza vegetal. Dando vida, produciendo luz, coronando el verano con la dorada cosecha y llenando el regazo del amplio Otoño con la púrpura cosecha del Vino."


1. the song of axieros
2. the nine rituals
3. kremasta nera
4. ochram
5. therma
6. efestia
7. ebur
8. kaviria
9. fengari
10. klethra
11. gria vathra
12. migratio animae
13. wings (i had once)
14. la fame e la danza


Pero volvamos a encontrarnos con Francesca, Vittorio, Giovanni y Riccardo; peregrinos profundamente influenciados por sus viajes geográficos y espirituales a lugares que todavía mantienen la nobleza de los siglos (en la ficha se encuentra traducida la presentación del propio grupo), para desde la primera canción internarnos por diversos parajes llenos de sensaciones, sentimientos, anhelos y deseos. Todo creado mediante una elegante mixtura de percusiones, cítaras, guitarras clásicas, teclados y electrónica.

Misterio surge en The Song of Axieros y se continúa en el ritualista The Nine Rituals de cuerdas rasgadas y ligeramente reverberadas, donde se nos presentan los distintos pasos a superar en el trance iniciático.

En nuestro camino visitaremos los parajes de la mágica isla, como la Kremasta Nera, cascada que cae al mar desde un escarpado acantilada, y abandona y emotiva canción donde surgen por primera vez los medios tonos ligeramente agudos de Francesca. Ochram supondrá un resurgimiento entre ambientaciones de inevitable reminiscencia oriental (ay la darbuka de Trobar!).

Cruzado el verde bosque arribaremos al remanso de Therma dominado por los sonidos del agua, elemento siempre presente en sus creaciones como confiesan:
    Estamos profundamente atraídos por el agua, sentimos la eterna llamada del mar. Fascinación que no es posible explicar con palabras pero que es claramente perceptible en nuestra música. Hay un enlace ancestral entre la música y el agua.



Seguimos en pos de la prometida puerta, sita en la isla iluminada en dorado por un siempre verano de blancos amaneceres hasta llegar a Efestia, canto vocal elegíaco a la princesa de Tracia, diosa de luminosa y radiante belleza expresada en la imagen del mar diáfano.

En Ebur retomamos la preparación espiritual; aconsejados por Francesca erigida en hierofante, guiados por mis preferidos tonos graves y abordados por tenebrosos susurros.
    Si eres iniciado
    en los Misterios de la sagrada Diosa,
    no profanes,
    con sacrílegos dientes,
    la compasiva paloma


Y Kaviria, sacerdote a cargo del rito de iniciación, sobre la acariciada darbuca...
    Dime quien fui,
    dime quien fui,
    antes de que el dolor desfigure mi palida cara
    Dime quien fui,
    dime quien fui,
    antes de que las adversidades me lleven al sombrío mar



Hasta ascender a la cima del Fengari, más alta cota de la isla, desde la que oir a los pájaros y entregarnos a la belleza, esta vez sí desnuda, en el amanecer de una nueva alegría. Así explota en el ataráxico baile adivinatorio de Klehtra. Es la reinterpretación del Dichetal do chennaib celta.
    Descifra el irresoluto enigma,
    aunque lejana haya caido la clave ...
    Obtén una confesión completa
    de la rígida boca del muerto
    Descifra lo que decimos
    mientras fluyes con vigor con el sonido del mar.


La variedad del trabajo es sorprendente, ya que en el Gria Vathra ganan especial presencia los teclados y las bases incluso trip-hoperas. Las culturas se funden en una tema inevitablemente mediterráneo y, al tiempo, meso-oriental y balcánico (sin olvidar el gong). O en Migratio Animae que, a través del tratamiento de las guitarras, nos hace rememorar el pop-rock imaginativo de los ochenta.


Nos quedará volar de mano del piano (ay Elderane!) en Wings (I Had Once), en busca de la experiencia ya vívida que brota profunda, como el viento, como la oscuridad en los ojos, como el viento, como el retumbar de la sangre; y la embriagada de tristeza y pérdida, La Fame e la Danza.
    Al final, veré desecha la alegría,
    usurpada, tan cruel, tan cruel...

    Respiraré un millar de muertos que no cuentan
    Respiraré un millar de muertos...

    Me sumergiré en el negado abismo
    por tanto perdido, perdido...

    Abarcaré las esferas de oscuridad al rojo vivo,
    las hambrientas esferas de oscuridad...

    Danzaré frente al poder,
    los esclavos, los bárbaros y los faraones,
    y veré al hambriento,
    la danza y la justicia
    llegando en una naufragada barca...

    Rosas, siervas, hermanas
    Diosas de la caida y la ruina
    Diosas de la luna, apenas aparecida,
    Diosas de la silenciosa raza
    todavía no me habéis perdido...


... y entonces resurgen las fórmulas que dieron inicio al trabajo y se hace el silencio.


La música es una profunda experiencia esotérica; un poderoso canal de comunicación entre lo vivo y lo que ha pasado a mejor vida, el pasado y el presente. A veces la música es una vía de salida para el sufrimiento, no sentimos por más tiempo el peso de nuestro cuerpo y la miseria de nuestra condición. La música nos ayuda a disfrutar la plenitud, se convierte en un oasis de pura contemplación y nos permite vivir una catarsis.


Lo que he sido capaz de decir ha sido dicho.
Lo que he sido capaz de aprender ha sido aprendido

M. Yourcenar

Ahora, la Rosa está hecha de tí



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